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martes, 11 de marzo de 2014

CACHOPO DE TERNERA

Cachopo: según la R.A.E., dícese del tronco seco y hueco de árbol. ¿Seco? ¿Hueco? No, no, no. Nada que ver con la acepción que nosotros conocemos de tan sabrosa palabra. Porque, chavales, en Asturias el cachopo se come. ¡Vaya si se come!

Un clásico indudable de la gastronomía asturiana, elemento indispensable en toda cenorra que se precie es, sin embargo, un gran desconocido más allá del Pajares. Es lo que tenemos los asturianos: no sabemos vender nuestros productos fuera de nuestra tierra. Así nos va.

El cachopo es un doble filete empanado relleno de jamón y queso. Así de simple. Es similar al San Jacobo o al Cordon Bleu, aunque con una cierta variación en los ingredientes, de forma que resulta más contundente.

Y es que si la cocina del norte en general, y la asturiana en particular, es famosa por su generosidad, por esos platos que aunan calidad y cantidad, creemos que el cachopo es una buena muestra de ello. No en vano los restaurantes y sidrerías en Asturias parecen competir a la hora de ofrecer cachopos a cada cual más grande, enormes, tanto que rebosan los platos o fuentes donde los sirven que, dicho sea de paso, calzan un diámetro considerable. De hecho, algún cachopo hay de medio metro. No exageramos.

En esta ocasión hemos preparado un cachopín, un cachopo individual, lejos de estos tamaños gigantescos. Tiene su explicación: domingo noche, cena sin excesos (¿sin excesos?), víspera del comienzo de una nueva semana... tampoco queríamos ir a la cama inflados como globos.

Vayamos con la preparación. Es fácil, fácil.

NECESITARÉIS (para 1 ó 2 personas):

- Un buen filete de ternera, grande, tierno, no muy grueso (tened en cuenta que acabaremos con una doble capa de filete más el relleno), cortado de tal modo que pueda cerrarse como un libro. En su defecto, dos filetes de ternera de igual tamaño y forma.
- Unas lonchas de jamón serrano o ibérico (a mayor calidad, mejor sabor del plato en su conjunto, es obvio).
- 2 lonchas de queso suave.
- Sal.
- Pan rallado.
- Huevo.
- Aceite.

Ingredientes ricos, ricos. Como siempre, a mayor calidad, mejor resultado final.

Tras sazonar el filete (no os paséis con la sal, ya que el jamón es de por sí salado), colocaremos en una de sus "tapas" las lonchas de jamón serrano y, a continuación, las de queso.

Tras sazonar el filete, "escribiremos" en una de sus "tapas" con las lonchas de jamón serrano...

... y, a continuación, con las de queso

Cerraremos la carne como si se tratara de un librito (si habéis optado por los dos filetes, el proceso será colocar las lonchas de jamón y de queso encima de uno de los filetes, y tapar con el otro filete) y, a continuación, apretaremos un poco para compactar los ingredientes y que el conjunto tome consistencia. Para mayor seguridad, con el objeto de que el relleno no se salga durante la fritura, hay quien sella el cachopo con palillos, pero lo cierto es que si el relleno no es excesivo podéis prescindir de ellos. De hecho, nosotros no los hemos usado.


Y cerramos el libro, excitados, como si acabáranos de leer Cincuenta sombras de Grey.

Una vez cerrado el libro, lo pasamos por pan rallado y huevo batido. Aconsejamos emplear tres pasos: primero pasar por pan, luego por huevo y por último de nuevo por pan. Es importante reforzar los bordes, con el objeto de que no se desparrame el relleno al freír.

No es una croqueta gigante, no (para eso, id a Casa Paco). Es el previo de un cachopo.

Y a la sartén. Eso sí, regada con buen y abundante aceite de oliva. A fuego medio, para que la carne se haga con cariño. Vuelta y vuelta, entre dos y cuatro minutos por cada lado deberían ser suficientes para que el empanado se vuelva doradito, el queso se funda y la carne quede al punto deseado (aunque el tiempo depende del tamaño del cachopo: si os ponéis con un cachopo tamaño Godzilla, necesitará más tiempo).

¿Veis cómo va adquiriendo ese color doradito? Uhmmmmm...

Una vez frito, se deja escurrir en papel absorbente, y a servir. Nosotros hemos elegido una presentación sobria, con unas patatas fritas y unos pimientitos en tiras, pero hay múltiples posibilidades. Con un pimiento abierto coronando el cachopo, acompañado de ensalada, acompañado de tomate en rodajas, o como gustéis. También se puede espolvorear el cachopo con perejil picado o con pimienta.

Presentación sobria y... ¡listo para ser engullido!

Esta es la receta del cachopo de ternera clásico. Fuera de lo tradicional, hay variantes para aburrir. Podéis sustituir los filetes de ternera por pollo o cerdo, o bien lanzaros y preparar un cachopo de pescado, utilizando merluza o salmón. En cuanto al relleno, hay quien al serrano y al queso también añade jamón york; o quien cambia directamente el relleno por berenjenas o champiñones; o el queso suave por queso de Cabrales. Y luego está el cachopo de setas, que cambia el filete de ternera por las setas: ¡exquisito!

Animáos y probad. Bien con el cachopo clásico o, si sois más atrevidos, con alguna de estas opciones que os proponemos. Y, por supuesto... ¡no olvidéis contarnos el resultado!

¡Saludos culinocinéfilos!

7 comentarios:

  1. Esta página es un club de delicatessen para gordas. Buscaré otro sitio más light.

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    1. ¡¡¡JUASSSSS!!!! Gracias! A los 4 integrantes de este blog, nos has alegrado el día. Unas risas de buena mañana, que no está mal. Suerte!

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  2. Qué hambre! Y eso que acabo de comer...

    La verdad es que, tamaño aparte, es prácticamente un San Jacobo, o Jacobo que le decía mi abuela, muy parecido a los libritos de lomo (cambiando la ternera por el cerdo). Siempre me ha encantado ese tipo de combinación. Lo como menos de lo que me gustaría por cuestiones obvias, pero hay que reconocer que está muy bueno.

    Por cierto, ya me dijeron vuestros co-bloggers que estuvieron en Casa Paco y que es un espectáculo. Me he acordado al leer el comentario de lo de la croqueta gigante jeje

    ¡Ah! Y aunque hay muchas delicatesen para gordas (o para no tan gordas que quieren darse el placer un día, porque eso es lo que es, un placer. Que hay que cuidarse, pero también hay que disfrutar un poco, que la vida es muy corta), también hay algunas más ligerillas como los smoothies de piña y papaya o el granizado de piña y melón, o versiones ligeras de platos que normalmente son más pesados como el bozcocho super ligero o los nuggets de pollo hechos al horno.

    Vosotros seguid así, deleitándonos la vista y el paladar....que ya haremos alguna clase extra de aquagym (en mi caso) o del deporte que practique cada uno para permitirse estos placeres de vez en cuando ;)

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    1. Nos quedamos con tu frase: "Que hay que cuidarse, pero también hay que disfrutar un poco, que la vida es muy corta". Creemos que resume en pocas palabras gran parte de la filosofía de Cocina Paradiso.

      Carpe Diem. Que no todo va a ser lechuga y sacarina.

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  3. Sobre todo porque además la sacarina es supercancerígena y aún acortaríamos más la vida. Y así mal apaño hacemos jeje. Como dice la nutricionista que me hizo la dieta (hace un par de años tuve que perder peso por un problema de rodilla), hay que comer comida, que productos químicos ya comemos más de los que deberíamos sin darnos cuenta.

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    1. Querida V! Estoy por plantearte que nos hagas una entrada mensual sobre nutrición, hay que ver lo puesta que estás en estos menesteres! Gracias por tus comentarios, un besito!

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  4. Ahhhh! Y para futuros lectores: os recordamos que también podéis encontrar alguna ensalada saniiiisima, estofados de ternera, un pastel frío de pescado que es básicamente surimi, piña, huevo cocido... En fin, que aunque no son recetas específicamente de dieta (ni es nuestra intención en este blog), creo que se pueden comer la mar de tranquilamente alguna que otra vez. ¡A disfrutar de la vida co-cine-rit@s!

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