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jueves, 24 de abril de 2014

THE AMAZING SPIDERMAN 2, ¡¡YUUUUUUJUUUUUUÚÚÚÚ!!

El día de su estreno fuimos a ver la segunda entrega de The Amazing Spiderman, la nueva versión del director Marck Webb sobre el héroe arácnido.

Lo primero es decir que quien escribe la reseña es fan de Spiderman desde los 2 años, conocedor del personaje y del universo Marvel. Antes de ponerme con la reseña he comentado con amigos amantes del cómic, foreros y demás gente que estaban esperando con más o menos entusiasmo esta película. Simplemente porque si llego a hacer la reseña al salir del cine, el niño que a los dos años saltaba por los sofás y se encaramaba a los árboles os hubiese dicho que es un peliculón. Una vez leído y comentado diferentes críticas os voy a contar mi spideropinión.

Si nos fijamos aunque la peli lleva en el título "El poder de Electro", el que está justo enfrente del cabeza de red quien es?


La película continúa donde lo dejó la anterior, un Peter Parker/Spiderman que se debate entre sus obligaciones cotidianas, las de superhéroe y su pasión por Gwen Stacy (recordemos que al padre le hizo la promesa de dejar a la chica al margen de los peligros que entraña ser Spiderman). La trama trata tres puntos, el misterio de los padres de Peter, las amenzas provenientes de Oscorp y el romance entre Peter y Gwen.  Todo con su tiempo bien medido y con sus conexiones entre las tramas unas mejor llevadas que otras.

La ventaja de comentar la jugada antes de escribir es que aquellos defectos que el flipe inicial no me dejaba ver, están ahí y vamos a exponerlos en primer lugar. El primero es Electro, que visualmente es espectacular pero recuerda demasiado al Dr. Manhattan de Watchmen y del que una vez más se nos cuenta el origen que en esta ocasión es causado por un accidente con anguilas genéticamente manipuladas, hasta ahí bien pero la parte donde el villano pasa a odiar a muerte a Spiderman cojea y la única explicación que cuadra es la locura que conlleva ese cambio a ser superpoderoso. El problema es que todo ese metraje que hace falta para contarte de donde sale el villano y por que no acaba de funcionar. Comentando esto con mi buen amigo Tino (buen fan de este blog, del los comics y el cine), me hizo ver como Nolan saca a los villanos de Batman y te da un par de rasgos o escenas que los definen sin necesidad de contar un origen concreto o cosas por el estilo, y ese misterio alrededor del villano suele quedar muy bien. El otro villano está muy bien, regresa a la vida de Peter, un antiguo amigo que le pide ayuda y su transformación y motivaciones quedan muy bien contadas y explicadas, forman parte de la trama a la perfección. Por último el Rino, que no interviene en la trama pero queda presentado y antes de ser el Rino nos da algunas escenas que son Spiderman en estado puro.

Ya he metido ahí una comparativa, y es que con tanto superhéroe suelto por el cine, esas cosas son inevitables.Tenemos a la Marvel/Disney y sus Vemgadores, al la Fox, con los X-men, a Sony con Spiderman y a Warner con el universo DC Superman, Batman y compañía. Creo que aquellos personajes que están gustando más en sus adaptaciones conservan todos algo por encima de la película, el respeto por la esencia del personaje. Me explico. Lo que funciona para Batman no va a funcionar con Spiderman, por poner un ejemplo, Batman es oscuro, misterioso, táctico, millonario y atormentado. Spiderman es un adolescente o jovencito, divertido, imprevisible, atolondrado, ingenioso. Si haces un Spiderman oscuro, serio y atormentado por la culpabilidad te cargas su esencia. Si, el poder y la responsabilidad están ahí, pero la esencia de Spiderman es que cuando se pone la máscara todo queda atrás, es dicharachero, cachondo, sorprendente y un héroe que actúa casi por instinto más que con la cabeza. Cuando se quita la máscara está Peter, un chico casi superdotado, bueno, amable, despistado y normalmente con una carga de culpabilidad que le complica la felicidad bastante. Esa esencia está en esta película, mucho mejor que en cualquier otra de Spiderman. La otra gran comparativa viene con la anterior saga de Spiderman, saga que me encanta por sus dos primeras partes (la 3ª mejor ni mencionarla que rompo el teclado solo de recordar ese desastre) pero que también cojea en lo de los origenes de los villanos, el romance y sobretodo en Peter/Spidey, un Peter más tontorron y pardillo que en los cómics, me explico. El cambio que sufre Peter a raíz de la picadura de la araña le hace ser un tipo confiado, alegre y atractivo que mantiene algo la pantomima de ser algo débil e incluso cobarde para que no se le relacione con Spiderman de ningún modo. Si, suele tener problemas al compaginar ser Spiderman con su vida normal, pero no es un pardillo que se queda embobado con las chicas o que nunca alcanza a tomar una copa o un canapé, Raimi creo que no interpretó bien el cambio. También es cierto que fue el primer Spiderman en pantalla y bien hecho, y eso marca mucho, sino que se lo pregunten a Man of Steel que le han llovido palos muy gordos por no ser igual que el Spuperman de Donner y Reeve. Dejemos las comparativas entre pelis y visiones, aquí lo importante es que mantengan la esencia del cómic que es la base que ha de tener una película, no las anteriores.

Ver a Spiderman lanzándose sobre la ciudad es una gozada, en el aspecto técnico la cosa va a mejor en cada peli.

Las escenas de acción están llenas de chistes, momentazos y gags. Sólo cuando la cosa se pone fea de verdad es cuando Spidey cierra la boca y se pone algo más serio. He leído argumentos a favor y en contra de como han rodado las escenas de acción. A mi me parecen espectaculares, bastante limpias y con un empleo de la cámara lenta perfecto y sin abusar. Por fin alguien ha sabido reflejar en cine lo que a Spiderman se le pasa por la cabeza en una fracción de segundo, como el sentido arácnido le ayuda a ver más allá de lo que los ojos con lentes le dan.

Por otro lado tenemos las escenas de romance y líos de pareja. Que gran Emma Watson, pedazo de actriz que ha puesto el listón muy alto. La química entre ella y Grafield es perfecta, y sus momentos en pantalla tienen ese punto pastelero de novela que encontramos también en los comics, y que tan mal quedó en las pelis de Raimi, opinión personalísima y seguro que hay gente que opina lo contrario. 

Son tan monoooooss...

Los trajes y caracterizaciones están muy bien en general, Spiderman ha cambiado el traje al clásico y le sienta de maravilla (a mi el de la primera me gustó, que conste), el vestuario de Gwen está sacado directamente de las viñetas de los 60 y le queda de muerte. Un duende sin máscara de los power rangers, queda bien y está justificado aunque a mi una máscara de duende me sigue faltando un poco. Sobre Electro ya os he comentado, quizá el que más falla y es que su vestuario no dice mucho y aparece y desaparece de forma mágica, eso no me ha gustado demasiado. Y el Rino es una armadura, creo que si ha de tomar protagonismo para la 3 deberían darle un par de vueltas, y si no lo hacen ya se encargará Spiderman de defender el honor de los rinocerontes reales del mundo.

Los amigos de la infancia son algo especial, en este caso especial no se si se queda corto jeje


En la dirección Webb creo que sigue desenvolviendose muy bien en las escenas de diálogos y sacando muy buenos registros de los actores. Además ha dado un salto en las escenas de acción, acertando al ponernos en la piel y la cabeza de Spiderman y alejando la cámara de la acción en algunos momentos. Muy acertado que las cosas pasen en New York, las localizaciones reconocibles ayudan a dar algo especial a la imagen, quizá en esa batalla final eso falla.

En la música se ha cambiado a Horner por Zimmer, a mi me ha gustado más este score que el anterior, tengo ganas de escucharlo unas cuantas veces.

Y muchas cosas más, Spiderman conserva la máscara que da gusto (¡¡ya era hora!!), la trama de los padres inventada pero creo que le da un toque de misterio y espionaje que le va bien, la Tía May con poco protagonismo pero con sus momentos de apoyo incondicional a su sobrino favorito. Gags, amor, amistad, acción, poderes, villanos, héroes, heroínas...

Casi me olvido, Gwen Stacy da una lección de lo que es la mujer de hoy día, una mujer fuerte y dueña de su destino, responsable de sus actos y un ejemplo de personaje para esos que aún hablan de la dama en apuros. 

Resumiendo, yo me lo pase como un enano saltando por los sofás y trepando por las paredes. No veo el momento de volver a verla, y creo que la franquicia va por buen camino. Para las futuras entregas me pido a JJ Jameson, un poco de histeria antispiderman y un villano no visto en pantalla. Un Misterio, un Kraven, un Veneno como Dios manda. Y ya de paso, que no sea un producto de Oscorp, que parece que no hay otro mal en el mundo.

Seguiría escribiendo pero creo que me he pasado cuatro Manhattans. Y vosotros que me contáis? La odiáis, os ha gustado, me queréis matar a bombazos calabaza? No dejéis de comentar por aquí o por Facebook!!

Un saludo de vuestro amigo y vecino Spiderman!! 

miércoles, 23 de abril de 2014

TORTILLA DE PATATA (CASI SIN ACEITE)

No se como habréis pasado la Semana Santa este año, con sus monas, y sus panquemaos, y su longaniza de Pascua, y sus salidas al campo...
Yo este año lo he llevado bastante bien, intentando no pasarme, porque estoy a dieta. Sí, ya se que veis mucho dulce por aquí, pero recordad que somos 4 autores, y de todo debe haber en esta vida, no??? 

Sobre mi dieta, os tengo que contar que estoy siguiendo la dieta de entulínea. Os adelanto que antes de hablar sobre ella en el blog, llevo un mes con ella, y con resultados muy positivos. Me decidí por esta, por un lado, porque me declaro incapaz de seguir una de estas dietas restrictivas que te prohíben alimentos, se llamen como se llamen. Y por otro porque tras informarme, he visto que es una dieta muy equilibrada, en la que comes de todo y además te puedes permitir algún capricho de vez en cuando, así que tampoco anula tu vida social. Claro, que ir primero al médico de cabecera, también a un endocrino, y que la propuesta de ambos sea un folio con una lista de menús cerrados con un montón de ingredientes que no me gustan, y otro montón de prohibiciones tampoco ayuda. En fin, para no extenderme... Que a partir de ahora, cuando sea yo quien escriba una receta, veréis que pongo una serie de puntos al lado de cada ingrediente para los lectores que también la siguen. Para quién no, pues sin hacer caso a esta numeración podéis seguir la receta igual. 

El caso es que a dieta o no, a una tortilla de patatas no me puedo resistir de vez en cuando. Ya os he hablado a veces de mi afición patatera, y es que me pirra el bendito tubérculo este... Ains, que le voy a hacer! Pues nada!!! Zampármela!!! Eso sí, con esta receta que hago últimamente, que aligera un montón este referente de nuestra gastronomía que es la tortilla española! 
¿Alguien diría que solo lleva 4 cucharaditas de aceite?


NECESITAS (Para 2 personas)

- 3 huevos (6pp)
- Dos patatas medianas (7pp a saciedad)
- Media cebolla, opcional (0pp)
- 4 cucharaditas de aceite de oliva (4pp)
- Sal (0pp)
* En total, 17pp, 9pp por ración. 

Empezamos cortando a trocitos regulares la patata, y la cebolla (Esta última en casa nos gusta cortada muy pequeñita) 
La volcamos a un bol, que taparemos con papel de film de forma que quede bien sellado. En este paso no añadimos nada de aceite ni de sal. Colocamos al microondas, 10 minutos a máxima potencia. 
listas para el micro


Hasta aquí nada nuevo, lo hace así mucha gente. ¿Cuál es el problema? Que la patata queda blanca, y blandita, nada similar a nuestra estupenda y dorada tortilla de siempre, así que yo siempre añado un paso más:

Calienta una sartén con dos cucharaditas (de las de postre) de aceite. Una vez esté bien caliente, volcamos las patatas que hemos hecho en el micro y añadimos la sal al gusto. Recordad que la patata ya está cocida, este paso es sólo para dorarla. Así que dale unas cuantas vueltas hasta que coja un color doradito gracias al aceite.
Viaje patatil del blanco al dorado

Ahora sólo queda batir los huevos, añadir sal si es necesario, y cuajar la tortilla al gusto con otras dos cucharaditas de aceite (si tu sartén no se pega es más que suficiente) 
Forjando el pecado (venial)

Y ya tenéis lista la tortilla!!! Queda muy buena, y aligeramos un montón! Además de no ensuciar casi nada al evitarnos el fritangueo.
Dorada, jugosa... ¡y ligera!

Pues hasta aquí la receta de hoy! Espero que la probéis, de verdad que vale la pena.
A disfrutar co-cine-rit@s!

miércoles, 16 de abril de 2014

UNA PANTERA ROSA... CASERA

El pasado 20 de marzo se cumplían 50 años de la primera aparición de la Pantera Rosa en una sala de cine. Blake Edwards había encargado a Friz Freleng, el autor de Bugs Bunny, crear un personaje que aunara la rebeldía de James Dean, el encanto de Cary Grant y la elegancia de David Niven y que, además, fuera gracioso, mudo y rosa. Todo un reto. De esa mezcla surgió esta criatura animada que nació como una simple introducción en los créditos de la película sobre las andanzas del patoso inspector Clouseau para convertirse, con el tiempo, en todo un fenómeno del entretenimiento, un clásico de aquellos tiempos en que a estas cosas se les llamaba dibujos animados.

Sí, en Cocina Paradiso somos fans de La Pantera Rosa... ¿por qué lo preguntáis?

Casualmente, a principios de febrero os hablábamos en facebook sobre Nice´n Fluffy, el blog de una de nuestras lectoras especializado en repostería americana que, entre otras, contenía la receta de la pantera rosa. Todo parecía confabularse para que Cocina Paradiso decidiera preparar para la ocasión... ¡unos buenos pastelitos caseros de la pantera rosa! Los conocéis, ¿verdad? Esos bizcochitos rellenos de nata y cubiertos por una dulce capa de chocolate rosa. Un placer de la infancia que, lo confesamos, no ha caído en el olvido, muy al contrario, aún hoy seguimos engullendo alguno de vez en cuando. Una buena dosis de dulce exquisito con regusto a nostalgia.

Total, que nos lanzamos a la piscina.

NECESITARÉIS (para 4 ó 6 pastelillos):

Para el bizcocho:
3 huevos
100 gr. azúcar
100 gr. harina de repostería
1 cucharadita de esencia de vainilla

Para el relleno:
200 ml. nata para montar
25 gr. azúcar glass
1 cucharadita de esencia de vainilla

Para el glaseado:
Una bolsa de candy melts rosa. Se suelen vender en tiendas especializadas en repostería creativa u online. O, más fácil, en la sección de Repostería/Hogar de El Corte Inglés (¿qué no hay en El Corte Inglés?). Con una bolsa entera tenemos de sobra, sobre todo si sois expertos en repostería, pero nos hemos decidido por usarla entera por el temor de quedarnos cortos con el glaseado: mejor que sobre, que no que falte, dice la sabiduría popular. Además, una vez fundido, las pastillitas de chocolate rosa pueden reutilizarse.
De aquí saldrá una pantera rosa casera rica, rica....
Pongámonos manos a la obra:
El Bizcocho:

Precalentamos el horno a 180º C.

Rompemos los huevos y separamos las claras de las yemas.

Ana separa las claras de las yemas con un gracejo andalú que quita el sentío.

Montamos las claras con el azúcar hasta que formen picos. Añadimos las yemas y la esencia de vainilla sin dejar de batir y, a continuación, incorporamos la harina pasada por un tamiz con movimientos envolventes. En nuestro caso, para mayor rapidez, hemos montado las claras en la Mycook de Taurus (similar a la Thermomix), 1 minuto por cada clara a velocidad 5.

Vertemos la mezcla en un molde cuadrado o rectangular engrasado previamente o, si lo preferís, cubierto con papel de horno antiadherente (la opción que nosotros hemos elegido), con el objeto de que no se pegue y facilitar el posterior desmoldado. Hay que tener en cuenta que este bizcocho sube poco, así que aseguraros que tenga suficiente grosor (unos 3 ó 5 cms de alto, más o menos).


Preparando el bizcochito para meterlo al horno.

Introducimos en el horno y dejamos cocer durante 20 ó 25 minutos hasta que empiece a tomar color, con cuidado de que no se dore mucho. Para saber si el bizcocho está hecho, podéis coger un objeto punzante y clavarlo en él: si el pincho sale seco y limpio, estará en su punto; en caso contrario, si el pincho sale mojado o con restos de masa, deberá continuar en el horno.


Alatriste era un maestro comprobando si los bizcochos estaban en su punto.

Sacamos del horno y dejamos enfriar durante 15 minutos. Tras desmoldar el bizcocho, dejamos enfriar por completo para que no se nos desmigue demasiado posteriormente, al cortar.

Cortamos el bizcocho en cuatro porciones de 10 centímetros de largo por 4 de ancho. Estas medidas son orientativas: nosotros lo hemos hecho así, pero va en el gusto de cada uno. Podéis cortar el bizcocho en más porciones de menor tamaño cada una, o como prefiráis.

A continuación, realizamos un hueco en el centro de cada pieza con un descorazonador de manzanas. Si no tenéis un descorazonador, podéis utilizar cualquier otro artilugio alargado similar: unos palillos chinos, un sacacorchos, o lo que se os ocurra que pueda hacer la misma función... ¡la imaginación al poder!

Un descorazonador de manzanas, unos palillos chinos, un sacacorchos,... ¡la imaginación al poder!

El relleno:

Montamos la nata bien fría con el azúcar glass y la pizca de esencia de vainilla. En nuestro caso, para este paso nos hemos servido de la Mycook, a velocidad 5 hasta comprobar que la nata estuviera bien consistente. ¡Importante! Usar nata bien fría de la nevera y que contenga al menos un 35% de materia grasa: si el porcentaje es menor, no hay Dios que la monte.

Rellenando los agujeritos del bizcocho con nata.
Pasamos la nata a una manga pastelera con boquilla lisa y rellenamos el hueco que hemos realizado anteriormente en el bizcocho.

El glaseado:

Aquí viene la madre del cordero, el paso que, con diferencia, más complicado nos ha resultado. Y es que derretir correctamente las p... pastillitas de candy melts tiene su enjundia. Tres intentonas, ¡tres! tuvimos que realizar antes de lograr algo presentable. Comenzábamos a creernos unos inútiles cuando, trasteando por internet, comprobamos que no somos los únicos: al parecer, estas simpáticas pastillitas han poblado las pesadillas de muchos aficionados a la repostería creativa.

Porque las candy melts son coberturas, sí, y parecen chocolate, pero no son chocolate exactamente.  Son más espesas, la capa de cobertura que obtenemos con ellas es más gruesa y endurecen rápidamente.

Hay quien dice que para derretir las candy melts lo mejor es hacerlo al baño maría. Puede ser, pero, ojo: tenemos que ser extremadamente cuidadosos, porque cualquier mínimo contacto de la humedad o la condensación con el chocolate derretido podría estropearlo por completo.

Nosotros creemos que es más práctico el microondas. Para una cantidad pequeña, como es nuestro caso, tras picar las candy melts en trocitos pequeños, las echamos en un recipiente y lo metemos en el microondas. Encendemos el micro. A los 30 segundos, sacamos y removemos. Dependiendo de la potencia que hayamos elegido, se habrá fundido un poco (si veis que se ha fundido demasiado, acortad el tiempo o bajad la potencia). Volvemos a meter, y a los 30 segundos, sacamos y removemos de nuevo. A medida que el conjunto se vaya calentando y con cada movimiento, la cobertura se irá fundiendo cada vez más.  Repetimos el proceso las veces que sean necesarias (mete unos segundos, saca y remueve, mete unos segundos, saca y remueve…) hasta que la cobertura quede perfectamente fundida.

En nuestro caso, para mayor rapidez, este paso lo hemos hecho en la Mycook, 3 minutos a 40º a velocidad 4.

Para acabar, colocamos los bizcochos sobre una base cubierta con papel de horno antiadherente  y los cubrimos con el glaseado ayudándonos de una cuchara o de un cucharón, cuidando de que queden cubiertos por toda su superficie (dándoles la vuelta para que se cubran también por abajo). Este paso hemos de realizarlo con rapidez, para evitar que la cobertura se encurezca y nos resulte difícil extenderla.

Cubriremos los bizcochos con el glaseado cuidando de que queden cubiertos por toda su superficie.

A continuación, dejamos enfriar para que la cobertura se endurezca y... ¡a por ellos! Aunque creemos que os los ventilaréis poco después de hacerlos, aconsejamos conservarlos en el frigo para mantener fresca la nata y evitar que la cobertura se reblandezca

Y a nosotros que nos parece que este bichejo rosa le ha dado alguna que otra pincelada a la cobertura de los pastelitos...
 
Una receta laboriosa, pero... ¿el resultado? Unas panteras rosas caseras cuyo sabor se parece mucho al de las que compramos en tiendas. Es cierto, la forma quizá no sea muy ortodoxa... una tarea a mejorar en nuestros futuros intentos. Eso sí, os aseguramos que, si los probáis, el que sean cuadrados, redondos o se parezcan a la Cosa del Pantano ya no os importará.

Para acabar, qué mejor que comerse uno de estos pastelitos viendo alguna de las pelis de La Pantera Rosa y tronchándonos con las desventuras de Clouseau, o algún capítulo de la serie de dibujos animados. Necesitamos reír, queremos reír, y la Pantera Rosa nos alegra la vida y nos endulza el paladar. ¿Qué más queremos?

¡Saludos culinocinéfilos!

viernes, 11 de abril de 2014

KAMIKAZE

Después de haber disfrutado con una de las triunfadores de los oscars, Dallas Buyers Club, y aún no del todo repuestos de la sobredosis de adrenalina de Capitán America: el soldado de invierno, tocaba cambio de tercio y nueva sesión de cine español. En esta ocasión, Kamikaze, buena opción, creíamos, para celebrar la prórroga de la campaña Miércoles al cine hasta el próximo 9 de julio.


El cartel de la peli.

Comedia (a ratos desternillante), drama y suspense se entremezclan para contarnos cómo una tormenta de nieve obliga a retrasar el vuelo de Moscú a Madrid en el que viaja Slatan, un terrorista suicida de Karadjistan (un país ficticio, no conviene levantar ampollas) que planeaba hacer estallar un artefacto explosivo adosado a su cuerpo durante el despegue. Los pasajeros son alojados en un remoto hotel de montaña por unos días hasta que amaine el temporal y Slatan deberá convivir, a su pesar, con varias de sus futuras víctimas... porque el plan sigue adelante. Sin embargo, la actitud ante la vida de este grupo variopinto y singular le descolocará, hasta el punto de que se verá tentado a replantearse convicciones que, hasta entonces, tomaba por dogmas de fe.



Se trata de una historia coral en la que todos los personajes importan, donde todos tienen su razón de ser en la trama. Fruto, sin duda, del excelente guión firmado por Iván Escobar y Álex Pina (este último director de la peli), que se han preocupado por tratar a los personajes con la suficiente profundidad como para que ninguno de ellos, tenga mayor o menor peso en el metraje, dé la sensación de parecer un florero.
 
¿Diríais que esta pandilla es capaz remover el corazón de un terrorista suicida lleno de odio?
 
El mejor ejemplo de ello es Héctor Alterio, cuyo personaje, aunque se reduce a pocos minutos de metraje, nos regala una conversación que vale por todo el tiempo que no está. El resto del reparto también raya a buena altura: desde el argentino Eduardo Blanco, que se apropia de los momentos más hilarantes de la peli, hasta Carmen Machi, un gustazo verla otra vez después de Ocho apellidos vascos, pasando por Verónica Echegui, frágil, atormentada, o Leticia Dolera, capaz de haceros reír a carcajadas con sólo hablar por teléfono, o Iván Massagué, ese recién casado pelín infantil que no quiere crecer demasiado para no dejar de ser feliz. Todos, todos cumplen.


Pero, por encima de ellos, es de justicia destacar el excelente trabajo de un Alex García que nos ha dejado boquiabiertos con su caracterización de Slatan. Nunca hemos estado en el Cáucaso, pero al escucharle hablar uno le confundiría con un nativo de la zona si no supiéramos que es tinerfeño. Nada es casual, por supuesto. Aparte de adelgazar y conseguir un aspecto físico más fibroso, asistió a clases de ruso durante meses y tuvo que aprender a matizar el acento, para que fuera más parecido al caucásico. Una interpretación muy currada que logra conmovernos por momentos, cuando sabemos de su sufrimiento, y pegarnos a la butaca cuando nos muestra el odio y la rabia a través de sus ojos. Enorme. Todo un esfuerzo cuyo resultado, salta a la vista, es impecable.


A Alex García no le pongáis una polka. Es más de correrse juergas en los Carnavales canarios.

Con un final muy en plan Jungla de cristal II, Kamikaze es una propuesta arriesgada y sorprendente, y en Cocina Paradiso valoramos estas dos cualidades. Aunque es cierto que adolece de cierta falta de ritmo en algunos momentos, no lo es menos que nos gusta ver algo diferente a lo habitual en el panorama de nuestro cine, y lo agradecemos. Porque, al final, la peli te remueve. Para aquellos más reacios, creednos: si visteis Ocho apellidos vascos y os gustó, Kamikaze puede ser otra buena referencia para reconciliaros con el cine español.



¡Saludos culinocinéfilos!

domingo, 6 de abril de 2014

TARTA TRES CHOCOLATES

Esta es una tarta para los muy chocolateros. Está de muerte. De muerte, de muerte, de muerrrrte!!!! Desde luego que ligera no es, de hecho es una bomba de calorías. Pero si te gusta el chocolate no puedes dejar de hacerla. Al menos un día. Por tu cumpleaños. Es cremosa, no excesivamente dulce si no le añades azúcar extra, y con mucho sabor a chocolate. Es un imprescindible. Triunfa allí donde va... Y si no, ya me contaréis! 

tres chocolates, o como la llaman en casa: "LA TARTA"

Hay varias recetas por Internet para hacer esta tarta. Con más o menos leche, con más o menos nata, con o sin azúcar añadido... Yo sigo la receta casi clavada (con ligerísimas modificaciones en alguna cantidad, y que yo suelo "aderezar" la base de galletas con especias) del magnífico blog "Velocidad cuchara" del que soy fan desde hace mucho tiempo. Si se da el extraño caso de que no lo conozcáis (su grupo de Facebook tiene más de 20000 seguidores) os lo recomiendo. Eso sí, el 99% de sus recetas son para Thermomix, aunque como siempre digo, la Thermomix lo que te ofrece sobre todo, es tiempo. Sin ella podéis hacer la mayoría de las recetas, de hecho en esta entrada, lo que he hecho es adaptar su receta para hacerla sin la famosa maquinita, para que cualquiera podáis disfrutar de esta joya mega-calórica!



NECESITAS:
- Un paquete de galletas María
- 80 gramos de mantequilla
- 250 gramos de chocolate negro
- 250 gramos de chocolate con leche
- 250 gramos de chocolate blanco
- un brik de medio litro de nata para montar
- 700 gramos de leche entera
- 3 sobres de cuajada
- opcional: Canela, esencia de vainilla, u otras especias al gusto para la base.
Nota: En el blog de velocidad cuchara, la cantidad de nata total es de 600 gramos. Yo lo reduzco a 500, sobre todo, porque los envases que compro son de 500 gramos, así que quiero evitar que me sobre más de medio envase abierto. El resto lo compenso con leche.

PREGUNTAS FRECUENTES:
- ¿se puede hacer con otras galletas? Sí, las de tipo digestive van bastante bien, y en general cualquiera que se pueda triturar bien, quedando en polvo. no usar las que lleven mucha grasa, como las de mantequilla o las rellenas, la base quedaría muy blanda  y grasienta.
- ¿qué chocolates uso? Los mejores que te puedas permitir, es el sabor de la tarta.  Yo uso el negro puro de Valor, y los otros dos de Nestlé.
- ¿puedo hacerla sólo con nata, sin leche? Sí. Quedará todavía más cremosota, y por supuesto el doble de pesada. Puedes, pero no es necesario, así sale buenísima.
- ¿y sin nata, sólo con leche? También puedes. Si quieres puedes hasta hacerla íntegramente con leche desnatada. Ahora: La nata le aporta una cremosidad que jamás le dará una leche desnatada. Yo, que si la hago, es una vez al año y para celebrar algo (es decir, me como un trozo y el resto se queda en la casa visitada) recomiendo seguir la receta tal cual. 
VARIACIONES
- si alguno de los chocolates no te gusta, hazla con dos, o incluso con uno sólo. 
- también queda bien sin la base, servida en vasitos individuales, o con las tres capas, o sólo con una, está buenísima y es un buen postre para celebraciones, que puedes tener hecho del día anterior.
- a la base, puedes añadirle canela, unas gotas de esencia de vainilla, ralladura de naranja, una mezcla de nuez moscada, clavo y jengibre... En fin! Cualquier aromatizador que te guste como combina con el chocolate.

Y por fin, a la receta: te salen 10-12 raciones y las cantidades van ideal en un molde de 22-24 cm. Ideal si lo tienes desmontable.
Las tres capas bien pegaditas

Lo primero, es triturar las galletas hasta que te queden en polvo. Puedes hacerlo con tu batidora manual, o metiéndolas en una bolsa cerrada y pasándole un rodillo hasta que estén trituradas. En Thermomix, 10 segundos velocidad progresiva 5-7-10
Si lo deseas, añade aquí la canela, la vainilla, la ralladura de naranja, o las especias deseadas. 
Ahora mezclamos con la mantequilla. Si has usado batidora (en Thermo mete la mantequilla ambiente y dale unos segundos más a velocidad 5) puedes meter la mantequilla ablandada y triturar unos segundos más, hasta obtener una masa homogénea. Si has usado la bolsa, derrite la mantequilla unos segundos en el microondas (que no hierva) y mezcla en un bol con una cuchara hasta tener la consistencia deseada. 
Polvo de galletas con mantequilla

Ahora con el dorso de una cuchara, apretar bien, de forma que te quede una base lisa y del mismo grosor en toda la superficie.
Ya tenemos lista nuestra base

Reserva en la nevera mientras haces la primera capa. Pon 165 gramos de nata en un cazo, y añade leche hasta llegar a 400 gramos. Ponlo a fuego lento hasta que esté humeante. Aparta un momento del fuego y añade el chocolate negro que habrás troceado anteriormente. Remueve hasta que esté totalmente derretido, añade un sobre de cuajada y vuelve a llevar a fuego lento. Ahora la clave es NO PARAR DE REMOVER. Mantenlo al fuego hasta que comience a hervir. Entonces, retíralo del fuego e INMEDIATAMENTE (si te descuidas empieza a cuajar rápidamente) vuelca sobre la base de galletas. Puedes hacer caer la crema sobre una cuchara sopera colocada a unos centímetros sobre la base, de forma que haga un "efecto fuente" esto ayuda a que la crema caliente no caiga con tanta presión sobre un sólo punto. Este consejo lo puedes usar para cada capa. 
En Thermomix: Mezcla todos los ingredientes de la primera capa en el vaso y programa 7 minutos, 90 grados, velocidad 5 y en cuanto termine, vuelca sobre la base rápidamente.


Primera capa lista.

Bien. Ya tenemos la primera capa. Ahora sólo hay que repetir la misma operación con cada tipo de chocolate. Sólo un apunte. Entre cada capa has de dejar pasar unos minutos para que se cuaje un poco y al echar la siguiente no se mezclen las capas. Tras esos minutos, y antes de volcar la siguiente capa, haz en la anterior unas rallas con un tenedor. Esto servirá para que al estar fría, las capas no resbalen. Ya solo tienes que dejar reposar hasta que esté a temperatura ambiente, y luego a la nevera, mínimo cuatro horas, aunque queda genial de un día para otro.



Ah! Un último apunte: entre cada capa, enjuaga el cazo (o el vaso de la thermo) para quitar los restos de la capa anterior y secalo bien antes de comenzar con la siguiente. Aprovecha esos minutos de reposo para hacerlo.
¡Y ya la tenéis lista! De verdad que la tenéis que probar, y por si como a mí, os ha parecido una entrada súper larga, os diré que al final cuesta menos hacer la tarta de lo que parece, así que ¿quién dijo miedo?
Hacerla para vuestra próxima reunión familiar y ya me contaréis.
Besos co-cine-rit@s!

jueves, 3 de abril de 2014

EL CAPI ESTÁ MÁS EN FORMA QUE NUNCA

Continuando con nuestra maratón por la Fiesta del Cine, el lunes apostamos por Capitán América: El soldado de invierno. Si al llegar a casa después de ver la peli os entran ganas de coger la tapa de una sartén y lanzarla a ver si rebota por las paredes del pasillo, no os extrañe. Es que es buena. Muy buena.


El Capitán América y compañía en el cartel de la peli.
Con la primera parte de las andanzas del Capi pudimos disfrutar de una buena historia con el regusto de aquellas pelis de aventuras de los ochenta, muy entretenida, con toques a lo Indiana Jones, y con Capitán América: El soldado de invierno han sabido reinventarse y evitar caer en lo repetitivo. Porque, del mismo modo que a Nolan se le ocurrió vestir de thriller policiaco y de acción la trama de su Batman, Anthony y Joe Russo nos presentan una película de espías al más puro estilo clásico, repleta de intriga y giros argumentales, consiguiendo cerrar una estupenda película de superhéroes que alterna con estudiada precisión los momentos de acción con los más tranquilos. Así, Steve Rogers, alias Capitán América, aún en proceso de adaptación a la vida moderna, caótica y compleja, quizá añorando otros tiempos donde las cosas eran más simples (y el mundo también), se verá involucrado en una oscura conspiración que le traerá de vuelta flecos de su pasado; qué decimos flecos: el mantón entero. Y, de propina, tendrán tiempo de plantearnos dilemas morales: ¿es ético sacrificar la libertad individual por la seguridad colectiva? O... ¿sería lícito eliminar un posible acto criminal antes de que se produjera?


La peli nos muestra la mejor sucesión de secuencias de acción que hayamos visto en los últimos tiempos.

La peli comienza fuerte, con el asalto a un barco en forma de escena de acción espléndidamente rodada que nos pone en antecedentes sobre lo que nos encontraremos de ahí en adelante. A saber, posiblemente la sucesión del mejor conjunto de secuencias de acción que hayamos visto en los últimos tiempos, con planos claros y nítidos en los que siempre sabréis lo que ocurre, lejos de esos movimientos nerviosos de cámara propios de muchos directorzuelos sin talento. Una gozada volver a contemplar acción a la vieja usanza combinada al milímetro con el trabajo digital que, en esta ocasión, se usa en su justa medida, evitando un empacho de CGI. Por supuesto que no faltan un par de fantasmadas y alguna que otra acrobacia imposible, pero es un peaje que pagamos con gusto en pelis de este tipo si nos dan un mínimo de calidad


Aunque el combate os parezca un pelín desigual, ¿adivináis quién de los dos saldrá victorioso?

Mención aparte merece el villano, el soldado de invierno: un personaje contundente, demoledor, aunque mejorable por momentos, cuyo origen, y esa es quizá la gran pega de la película, no han sabido definir bien. Sin embargo, la manipulación a la que es sometido, sus dudas, su dualidad, están bien tratados, hasta llegar al clímax final con el Capi, para nosotros uno de las momentos cumbres de la peli.


Los enfrentamientos entre el Capi y el Soldado de invierno nos regalan algunos de los mejores momentos del film..

Y luego están Robert Redford, Samuel L. Jackson y Scarlett Johanson, por citar sólo a las vacas sagradas de un más que competente reparto, que escoltan a un digno Chris Evans, para nosotros un perfecto Capitán América. Todo un lujo.

Impagable, además, el nuevo cameo de Stan Lee.Y, como ya es costumbre en otras pelis de Marvel, no os vayáis con el The End: esperad a que se encienda la luz, como todo buen hijo de vecino, y disfrutaréis de dos escenas post-créditos por el mismo precio.


¿Chupa Chups o Camilo José Cela en lugar de la llegada a la Luna o la caída del muro de Berlín? Menos mal que a mitad de listado se cansaron y dejaron de traducir...

Como curiosidad, comentar que la gran cagada de la sesión no viene de la mano de la historia en sí, sino de su adaptación al castellano. Al principio de la peli Steve Rogers muestra una libreta con una lista de temas con los que tiene que ponerse al día tras sus décadas de congelación, temas que varían según los países con respecto a la versión original. Más arriba comparábamos las versiones original y española... ¿Chupa Chups? ¿Camilo José Cela? Por lo que sabemos, tras esta idea está la mano oscura de Disney y sus ideas delirantes. Sobra, porque el humor ya está presente en la peli (y muy bien hilado, por cierto), sin que sea necesario acudir a esta chorrada. ¿Qué será lo siguiente? ¿Ver a Hulk gritar ¡¡¡Soy de Bilbao!!!? ¿Hacer que Iron Man muestre la factura de un taller de carrocería? Miedo nos da para futuras películas...

En definitiva, aberraciones puntuales aparte, un espectacular blockbuster veraniego en plena primavera, puro y buen entretenimiento que os recomendamos sin ningún género de duda.

¡Saludos culinocinéfilos!

miércoles, 2 de abril de 2014

Dallas Buyers Club

En nuestro segundo día de la fiesta del cine nos decidimos por una de las triunfadoras de los Oscars. Tanto actor principal Mathew McConaghey como Jared Leto de secundario se llevaron un Oscar a mi entender merecido, y eso que la competencia era feroz en calidad y nombres.


Aquí un cartel de la película con algunos elogios de la crítica especializada, merecidos.


Nos cuentan la historia de un cowboy de rodeos que debido a sus malas costumbres en cuanto a sexo y drogas se contagia de sida. En una época donde se conocía más bien poco sobre la enfermedad, se consideraba un mal de la comunidad homosexual, y el creciente número de casos dió pie a un negocio por parte de las farmacéuticas realmente asqueroso, donde primana el dinero por encima del bien de los pacientes. Este cowboy se dará de bruces con esta realidad y tratará de luchar contra sí mismo, sus prejuicios, la ley, las farmacéuticas y el poder aliandose con un travesti que le ayudará a iniciar un negocio que topara con la ley y el poder.

La camaleónica pareja protagonista, una extraña pareja que llegarán a entenderse y quererse a su modo.

No cuento mucho más, sólo la interpretación de los actores hace que la película valga la pena, pero el conjunto general es magnífico. Bien ambientada, situaciones muy creíbles, momentos que te indignan, algunos toque de humor. Tiene algún momento donde la historia no fluye muy bien, y por ponerle una pega Jeniffer Gardner no está a la altura del resto del reparto.

Sin duda una transformación que vale un Oscar, aunque hay que decir que la interpretación también.

La dirección de Jean-Marc Vallée nos acerca mucho a los personajes, nos muestra su realidad y usa bien los efectismos para esos momentos donde el protagonista pierde el sentido o está al límite.
Una película dura y desgraciadamente más actual de lo que nos gustaría.

Quizá me ha quedado una reseña algo escueta, pero creo que no hace falta decir o analizar mucho más, lo que hace falta es verla y que nos contéis que os ha parecido a vosotros. Muy recomendable e imprescindible para los amantes del buen cine y las interpretaciones magistrales.

Por cierto, estos tíos no deben seguir nuestro blog a juzgar por su delgadez extrema. Un saludo para tod@s los co-cine-ri@s.