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lunes, 29 de septiembre de 2014

UN VIAJE DE DIEZ METROS. COCINANDO CINE

Que gustazo cuando uno sale contento del cine. Como sabéis nuestro blog intenta hablar de cocina y cine y esas dos pasiones de vez en cuando se mezclan en alguna película hasta el punto de que casi puedes oler y saborear lo que está ocurriendo en la pantalla, y por supuesto sales contento y con ganas de hincarle el diente a algo suculento.

10 metros es una gran distancia en esta película, una distancia que irán haciendo pequeña los protagonistas.


Nos decidimos a ir el sábado al cine aprovechando que nos quedaban unas entradas a 4´90 euros, siempre buscando y aprovechando la oferta. Como en los cines donde solemos ir no ponían Jersey Boys , que ya la recomendaron Miguel y Ana en la entrada anterior, miramos la cartelera en busca de alguna novedad interesante. Yo sabía que habían estrenado "Un viaje de 10 metros" y por lo que sabía de ella pensé que era ideal para el blog y en principio pensaba que a Mery le encantaría pues la combinación de cine y cocina le suele gustar mucho. Aunque algo decepcionados con la película #Chef, nos decidimos por darle la oportunidad a esta historia basada en libro para variar y dirigida por Lasse Hallstöm que ya tocó el tema culinario en la deliciosa Chocolat.

Que gran acierto. La película cuenta las peripecias de una familia hindú que ha de huir de su país y pasa por una tragedia. Llegarán a Europa como refugiados políticos pero tardarán en encontrar un sitio. Una familia dedicada en pleno al negocio familiar, la restauración, con un padre tozudo y mandón acabarán en un pequeño pueblo francés donde montarán un restaurante. El conflicto vendrá porque en la acera de enfrente a tan solo 10 metros hay un restaurante con estrella michelín. El choque cultural y la rivalidad están servidos.

La guerra entre restaurantes llevará al alcalde hasta el límite, un alcalde que disfruta comiendo como el que más. ¡¡Creo que siempre sale zampando el tío!!


Si tuviese que sacarle un defecto a la película sería el optimismo desmesurado y que todo va saliendo bien, y sabes que será así. Pero la verdad es que nos encantan este tipo de películas optimistas, en particular las que como esta son divertidas, bien contadas y creíbles. Con esto acabo con los defectos, porque aunque yo sí que le vi un optimismo desmesurado y algo irreal, te lo pasas tan bien y estás tan emocionado con las sensaciones que transmite sobre esos mundos culinarios de colores, sabores y olores que cualquier defecto se perdona.

Los actores están estupendos, los veteranos Helen Mirren y Om Puri llevan ese duelo y rivalidad perfectamente y sin sobreactuar.  Mirren tiene un par de secuencias absolutamente geniales en lo que a su actuación se refiere. Los jóvenes también acompañan perfectamente, sobretodo el protagonista Manish Dayal el que nos transmite con su actuación esa pasión por los sabores que te hace salivar solo de verle como disfruta creando y saboreando lo que cocina. Aquí hay que hablar de la dirección, ágil y detallista para transmitir el arte de la cocina, centrándose en algunos momentos en los detalles que tanto gusta ver de como se maneja un experto en la cocina. 

Esos momentos en la cocina son lo mejor de la peli, y lo que más nos toca la fibra en el blog.


Una banda sonora amena y dulce acompaña a toda la película, un score de A. R. Rahman responsable de la música de Slumdog Millionaire o 127 horas. Ese toque exótico y preciosista le va de lujo a las imágenes de cocina exótica.

Pero sin duda algo más tiene esta película, un mensaje que va más allá de estrellas michelín, una búsqueda de hogar y de felicidad por parte de todos los personajes, que en su evolución encuentran esa felicidad donde menos lo esperarían. Y lo mejor es estar disfrutando y darte cuenta de que la persona que tienes a tu lado está gozando aún más que tú, y es que aquellos que aman la cocina y el buen comer disfrutarán aún más esta película. Eso sí, id cenados o con idea de cenar luego algo bien rico porque sales con un hambre que da calambre.

¡¡Que disfrutéis mucho co-cine-rit@s!!!

jueves, 18 de septiembre de 2014

JERSEY BOYS: OTRO PELICULON DE CLINT EASTWOOD

Llevo una semana tarareando canciones de Frankie Valli y de los Four Seasons y escuchando en el coche la banda sonora de Jersey Boys sin parar. Supongo que sería una penitencia para Ana si no fuera porque a ella le ocurre lo mismo. Y la culpa de todo la tiene un californiano de 84 años.

Os contamos. La semana pasada estuvimos unos días en Oviedo -apenas cuatro- aprovechando parte de la segunda tanda de nuestras vacaciones, que en esta ocasión coincidía con el inicio de las fiestas de San Mateo. Llegamos el miércoles a eso de las seis y media de la tarde, una visita rápida al señor Roca y quemando rueda nos fuimos a los cines Cinesa de Parque Principado: estaba reciente el estreno de un nuevo trabajo tras las cámaras de Clint Eastwood y eso, para la sección astur-madrileña de Cocina Paradiso, es un acontecimiento de primer orden.

Porque uno, que creció viendo a tipos como Silvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Steven Seagal o Jean-Claude Van Damme repartir mamporros a mansalva durante los años 80 y 90, tiene sin embargo encumbrado al señor Eastwood como el prototipo de hombre duro por excelencia desde hace décadas -no malmetáis con Los puentes de Madison- y, la verdad, nunca hubiera imaginado que Harry el Sucio o el bueno de El bueno, el feo y el malo llegaría con el tiempo a cautivarme dirigiendo películas, con ese estilo suyo clásico, elegante, sobrio, sin estridencias pero contundente. Prejuicios, lo sé, pero es así y estoy encantado de que me dé la réplica con cada trabajo que se saca de la chistera. Por supuesto, lo ha vuelto a hacer.

El cartel de la peli es estupendo. Sencillo y sobrio, refleja a la perfeción la esencia de la película.

El 5 de septiembre se estrenó en España Jersey Boys, la visión de Clint Eastwood sobre el inolvidable Frankie Valli y su grupo The Four Seasons, iconos indiscutibles del soul italoamericano desde principios de los 60 y, más tarde, del sonido disco setentero, que parieron clásicos indiscutibles como Big Girl don´t Cry, Walk like a Man, December 1963 (Oh, what a Night) o Can´t Take my Eyes off you. Basada en el musical homónimo que triunfó en Broadway, nos cuenta el origen, ascenso, triunfo y declive de aquel grupo formado por cuatro chicos de barrio que con demasiada frecuencia se vieron caminando sobre la fina cuerda que separa el éxito del lado oscuro de la vida. El tesón para llegar a lo más alto, sus comprometidas relaciones con la mafia y los códigos de lealtad que les unían fueron factores clave que guiaron sus vidas.

Dos leyendas vivas -¡y tanto!- del artisteo americano: Clint Eastwood y Frankie Valli (84 y 80 años respectivamente) durante el rodaje.

Son los mismos protagonistas quienes van desgranando la trayectoria del grupo, tomando como base un guión fabuloso (por obra y gracia de Rick Elice y John Logan) que consigue contarnos su historia a través de la conjunción de cuatro formas diferentes de ver las cosas -y la vida- y de sus cuatro personalidades, a cada cual más distinta. Y lo hacen dirigiéndose a cámara, mirándonos a los ojos, un recurso arriesgado que, en manos del director californiano, consigue meternos de lleno en la trama y hacernos partícipes de ella.

Además está un vestuario trabajado con minuciosidad, la fotografía, la ambientación, una banda sonora que nos transporta a los años 60 y 70, las vistosas coreografías, unos temas musicales perfectamente anclados en la historia que se cuenta (confieso que no volveré a escuchar de la misma forma temas como Sherry o My Eyes Adored You),... todo se confabula para brindarnos una película enorme, grandiosa, como la calificó Ana, boquiabierta una vez salimos del cine. No es la mejor de su director, pero sí un trabajo redondo que te engancha desde el minuto cero.

Para los cuatro personajes principales Eastwood (no os perdáis, por cierto, el simpático cameo que "se dedica" a sí mismo durante unos breves segundos) eligió actores desconocidos para el gran público, bien escoltados, eso sí, por un carismático Christopher Walken que borda el papel de capo mafioso a quien deberíais respetar si tenéis en alguna estima vuestra vida. A Michael Lomenda y a Erich Bergen nos los creemos como Nick Massi y Bob Gaudio, respectivamente. John Lloyd Young cumple sobradamente como Frankie Valli (no en vano fue merecedor de varios premios en su etapa en el musical de Broadway interpretando el mismo papel). Y, destacando sobre todos ellos, Vincent Piazza y su magistral recreación de Tommy de Vito, que construye un personaje único, despreciable por momentos, encantador en otros, tan contradictorio que no podremos evitar sentir cierta lástima por él.

En todo un alarde interpretativo, Vincent Piazza (a la derecha) da vida a un Tommy de Vito rebelde e impredecible que os fascinará.

Más que un musical, Jersey Boys es un biopic sobre un grupo musical y, por fuerza, la película es muy musical, pero no es un musical en sí mismo. Eastwood, un melómano confeso e irreductible, sólo se da el gusto de soltarse la melena al final, con un momentazo coral por todo lo alto que nos brinda un cierre espectacular al más puro estilo Grease, en un claro homenaje al musical de Broadway del que es heredera.

Eastwood y estos cuatro mozalbetes son los culpables de que mis pies lleven una semana dándole por su cuenta al baile de San Vito.

Si os gusta el soul americano de los años 60, si conocéis a Frankie Valli y a The Four Seasons, ésta será una peli que se os quedará grabada. Si no, conoceréis una parte de aquella música que hizo menear las caderas a millones de jóvenes de aquella época e, igualmente, disfrutaréis de un peliculón en toda regla.

¡Saludos culinocinéfilos!

viernes, 12 de septiembre de 2014

COCINA PARADISO EL VÍDEO, PRIMERA PARTE

¡¡Hola co-cinerit@s!! Nuestro amigo y seguidor Tino Fernández nos ha hecho un vídeo en el que os contamos como surgió el blog y por qué lo hacemos. Tifvisuals es su empresa dedicada a hacer videos profesionales, y le estamos muy agradecidos por este fantástico vídeo.

Esperamos que sea el primero de varios, aquí conoceréis a la fundadora del blog Mery y a el primero en unirse Alfredo, algunos de sus rasgos y formas de pensar. Así nos conocéis un poquito más. Esperamos que sea el primero de una serie de vídeos pues como sabéis los grandes Miguel Ángel y Ana se unierón al blog ya hace un tiempo considerable y si todo va bien os contarán su historia en un nuevo capítulo. Ya no seríamos lo mismo sin ellos.

Esperamos que os guste y que lo déis a conocer a vuestros amigos y vecinos.

Aquí el enlace para verlo:

http://vimeo.com/105571388

Un abrazo a tod@s l@s co-cine-@s que nos siguen y a los futuros seguidores también.

To be continued

miércoles, 10 de septiembre de 2014

LASAÑA DE MANZANA Y VEGETALES CON BECHAMEL DE DIETA

¡Pues seguimos con las entradas post-veraniegas amigos!

Quien más y quien menos se ha cogido algún que otro kilito de más... ¿o no? y uno se mira al espejo y decide que a estas alturas hay que empezar con la operación post biquini. O pre Navidad, como prefiráis.

Pues para vosotros, que estáis con el buen propósito de cuidaros pero no os hace ilusión la pechuga torrada con lechuga triste, o para cualquiera que tenga ganas de un plato sano, pero rico, rico. Os dejo un plato de lasaña que haréis más de una vez. Seguro.

No. No es un croque monsieur. ¡Esa para otro día!


NECESITARÁS (PARA 3-4 PERSONAS)

- PARA LA LASAÑA

  • Un paquete de placas de lasaña fácil (No necesitan remojo previo) Yo usé 15 placas, para 3 raciones grandotas de 5 placas cada una. Puedes hacer 4 raciones de 4 placas.
  • Una manzana grande o dos pequeñas
  • Media cebolla
  • Una zanahoria grandota o dos medianas
  • 10-12 champiñones
  • Una cucharadita (unos 20 gramos) de margarina o mantequilla.
  • Dos lonchas de Havarti light (o queso rallado a tu elección)
- PARA LA BECHAMEL DE DIETA
  • 200 gramos de leche desnatada
  • 600 gramos de calabacines pelados (sin nada de parte verde)
  • Aceite de oliva
  • 30 gramos de cebolla
  • 4 quesitos desnatados
  • Sal, pimienta, nuez moscada.
Vamos a comenzar con la bechamel de calabacín, que no es más que una crema espesa, pero os aseguro que da el pego. Si tienes un robot tipo thermomix o similar, los pasos son estos: (puedes encontrar más detalles en www.velocidadcuchara.com)
  1. Calentar el aceite 3 minutos / Varoma / Vel. 1
  2. Añadir la cebolla y los calabacines, pelados y a trozos, 7 min / Varoma / Vel. 2
  3. Metemos el resto de ingredientes 15 min / 100 grados / Vel. 1
  4. Triturar 15 segundos a velocidad 5. Comprobar que haya quedado bien triturado, y si no, dar unos segundos más.
Si no tienes robot, lo más práctico, es usar el microondas. Ponemos en una fuente apta para el horno la cebolla y el calabacín pelados y cortados. Añadimos el aceite, mezclamos y metemos tapado, 5 minutos a 600w. Comprobamos la cocción, y si es necesario mezclamos, y ponemos unos minutos más hasta que esté cocido. Retiramos el agua sobrante, y volcamos en el vaso de la batidora, añadimos el resto de ingredientes y trituramos.

Por último, si no eres amigo del micro, rehoga las verduras en una cazuela a fuego muy lento (no ha de dorarse) Cuando esté blandito, añade un chorrito de leche, y a fuego muy lento, moviendo para romper el hervor, deja cocer 5-10 minutos. Por último, añade el resto de ingredientes y tritura con la batidora.

Cremosa pero ligera. ¡Increíble, pero cierto!


Nos ponemos con la lasaña:

Troceamos las verduras. En el caso de la zanahoria a trozos muy pequeñitos, al igual que la cebolla. El champiñon lo dejamos más grande porque se va a reducir durante la cocción. Rociamos con una cucharadita de aceite (yo uso una botellita difusora) y metemos al microondas durante 5 minutos. Comprueba que la zanahoria haya quedado "al dente" No hace falta que esté cocida del todo, porque se va a terminar en el horno.
Verduritas de camino al micro.


Mientras se cocina la verdura, calienta en una sartén la cucharadita de margarina, y en cuanto se deshaga, salteamos la manzana cortada a trocitos pequeños durante 5 minutos. Salpimentamos. Por último, añadimos la verdura del microondas, removemos unos minutos, y rectificamos de sal.
La manzana le da el toque especial a esta lasaña.


Ya sólo queda montar la lasaña: En una fuente apta para el horno, ponemos 3 o 4 cucharadas de bechamel, y la primera capa de placas de lasaña. Añadimos una dos cucharadas de la mezcla por placa, napamos con más bechamel y aplanamos. Vamos alternando capas de pasta y mezcla hasta acabar nuestros ingredientes. Terminaremos con placas de lasaña, y cubrimos con el resto de la bechamel. Por último, añadimos el queso.
¡Esto ya pinta bien!



Horneamos 15 minutos a 200 grados, calor arriba y abajo, y los últimos minutos le damos un golpe de gratinador (aquí cuidado, que se quema rapidísimo)

¡Y A COMER! 
¡Comete toda la bechamel! ¡Sin miedo, que es light!


Aunque ha sido largo escribirlo, os aseguro, que se hace rapidísimo y es una lasaña original que sorprenderá con el toque de la manzana.

Por último, y para las seguidoras de "Entulínea" os pongo los pp, que veréis que son poquísimos para el pedazo de receta que es:
  • Bechamel: 13 pp en total
  • Queso: 4 pp en total
  • Margarina: 2pp en total
  • Aceite de las verduras: 2pp
  • Placas de lasaña: 21pp 16 placas. (Lasaña fácil el pavo. Otras marcas comprobar)
  • Resto de ingredientes: 0pp
TOTAL: 37PP. PARA 4 RACIONES: 9PP EN TOTAL. MOLA ¿EHHHH?

Pues ¡ala! A la cocina co-cine-rit@s.



martes, 9 de septiembre de 2014

EL CINE EN VERANO, UNA DE BLOCKBUSTERS

En verano todo vale, la dieta se va a tomar viento, nos lanzamos a las terrazas a compartir unas buenas cañas, leemos ese libro que tanta pereza nos daba, o cogemos aquel que es facilón porque no apetece mucho reflexionar y hacer cosas profundas, de hecho la vagancia veraniega es la culpable de que estas reseñas lleguen con tanto retraso, mea culpa jejeje. La industria del cine nos tiene calados y por eso en verano siempre llegan un buen número de blockbusters. Y como sabéis, somos como vosotros, en verano nos mola la zampa, las birras, los amigos, las terrazas, la playita y el aire acondicionado del cine con tus palomitas y una buena peli que si bien no te calará muy profundo, seguro que te hace pasar un par de horitas divertidas y a la fresca.

Ese fue nuestro objetivo cuando vimos el programa del autocine en la segunda semana de agosto, ponían LOS GUARDIANES DE LA GALAXIA y LOS MERCENARIOS 3, cine al aire libre, a buen precio y en buena compañía, y hasta cayó alguna copita antes de la doble sesión, el verano a lo loco señores... Ya os hablamos del autocine en alguna ocasión así que vamos con las pelis.

LOS GUARDIANES DE LA GALAXIA:

 La nueva apuesta de marvel para extender su universo cinematográfico, en principio algo arriesgada porque son personajes poco conocidos por el gran público no como con los Vengadores. Arriesgada sí, pero muy bien pensada. Una aventura sin complejos, una opera espacial con todos los alicientes que eso conlleva como las naves, el espacio, las persecuciones, la acción y la emoción. No nos ofrece nada excesivamente novedoso, pero sabe a que público se dirige y le ofrece lo que pide y bien hecho.

Este cartel es el que sacaron como homenaje a Star Wars, ya no se hacen carteles así (snif, snif)

Una primera parte de presentación donde creo que te pierdes un poco porque presentan buenos, malos y supermalos con sus razas, estirpes e historias varias, pero rápidamente te meten en el lío y dejan que poco a poco vayas quedándote prendado de unos personajes con un punto patético pero con voluntad de héroes, otro gran acierto. Las comparaciones son odiosas, pero en este caso no, y encontramos en estos personajes similitudes con nuestros queridos personajes de Star Wars, contrabandistas, tramposos, asesinos, atormentados e inadaptados sociales, tendrán que entenderse para ser los héroes de la película. Y ese punto Star Wars nos lleva a nuestro querido cine de los 80 y es que esta película recupera ese espíritu aventurero y de entretenimiento que tanto nos cautivó. La banda sonora también nos transporta a esos años, y las referencias del protagonista Star Lord a películas como Footloose.

Los sospechosos de la galaxia, como nos gustan los antihéroes.

Podría empezar a describiros los personajes, sus puntos fuertes o por qué han acertado al aproximarlos a algunas referencias ochenteras que todos tenemos en nuestra mente, pero sería como contaros lo buena que está una paella y no dejaros probarla. Yo os la recomiendo por lo divertida que es y por su aire ochentero, espero que nos contéis que os ha parecido, tanto en positivo como en negativo.

LOS MERCENARIOS 3:

Esto si que es cine veraniego, todas las viejas glorias soltando mamporros y chistes para contarnos la misma historia de siempre. En un principio esto podría ser malo, pero el que se mete a ver los mercenarios espera exactamente eso, y eso obtiene.

Toma cartelazo, con tanto músculo no hace falta más jeje

Personalmente me gustó más la segunda, pero esta tiene un par de aciertos muy buenos. El primero Antonio Banderas que se suelta la melena histriónica y le sienta muy bien, los mejores puntos de humor nos los regala él y ese momento cante del himno de la legión me encantó. El segundo es esa lucha por ser el "agüelo" más duro y malote, ahí entran todos los grandes Stallone, Arnold, Gibson y Ford, y a mi me hace mucha gracia porque a Ford no le pega nada ir de superduro malote y a Gibson le va hacer de malo pero su personaje no termina de funcionar, le ponen escenas para perfilar ese personaje pero en muchas queda bastante ridículo, y a mi eso me hizo bastante gracia aunque imagino que a la mayoría esto le habrá parecido un defecto.

Nuestro Antoñito es la gran revelación entre tantas estrellas, ¡¡arriba España!!

Que se puede contar de la historia, pues que los mercenarios están mayores y hace falta sangre nueva pero a la hora de la verdad "volverán" y demostrarán que la tercera edad puede ser muy divertida y explosiva. A disfrutar de estos dinosaurios y su estilo de cine mientras les quede cuerda, porque son maestros en ofrecer lo que la gente espera y eso, aunque no lo parezca, es bastante difícil.

"Semper fi"

miércoles, 3 de septiembre de 2014

EL NIÑO

Que Telecinco y compañía han invertido una pasta gansa en una peli se sabe porque el bombardeo de publicidad con que nos obsequian antes de su estreno resulta mareante. Es el caso de El Niño, el último órdago del cine patrio, que fuimos a ver este pasado fin de semana. Domingo, la sala casi llena pese a ser el último día de agosto y pese al precio de las entradas en los cines Dreams Palacio de Hielo de Madrid: 9,60 euros, aunque nosotros aprovechamos uno de esos cupones de oferta que acompañan a las entradas adquiridas un día determinado y que permite comprar localidades por un tiempo limitado a precio reducido, en este caso 6,50 euritos.

Y al final aplausos, buen sabor de boca y un regusto a cine de calidad. Gran tarde de butaca y palomitas, sí señor.

El Niño nos cuenta dos historias paralelas: la de Jesús y Eva por una parte, dos policías antidroga empeñados en demantelar, al menos en lo posible, las rutas por donde se cuela la cocaína a través del estrecho de Gibraltar, y por otro lado la de El Niño y El Compi, dos jóvenes que se inician en el peligroso mundo del narcotráfico para ganar un dinero rápido, dos destinos encontrados que acabarán cruzándose en medio de persecuciones, violencia y adrenalina.

El cartel de la peli.

La peli comienza bien, muy bien, metiéndonos en la piel de los agentes de la policía antidroga en una operación secreta que acaba resultando un estrepitoso fracaso; una decepción para la pareja de policías en una secuencia tan bien contada que la desilusión acaba siendo también nuestra. Tras el prometedor comienzo, el nivel se mantiene y la historia policiaca acaba derivando hacia un convincente thriller de acción.

Daniel Monzón nos demuestra con su último trabajo que si queremos y si disponemos de medios suficientes, no somos malos rodando escenas de acción. Os toparéis con sorprendentes secuencias de persecuciones en el mar, con helicópteros de la policía acosando a lanchas cargadas de droga, y buenas persecuciones de coches, alejándose de la parafernalia hollywoodiense y ofreciéndonos una acción más cercana, más de andar por casa, más real, pero ni mucho menos de poca calidad, al contrario, acción sobria y creíble. Tanto es así que da la impresión de que la última persecución en tierra se nos queda coja porque las anteriores han sido tan buenas que queremos el más difícil todavía.

Si queremos y si disponemos de medios suficientes, no somos malos rodando escenas de acción. Sólo tenemos que creérnoslo.

Quizá la peli se nos haga un poco larga (que no pesada), quizá le sobren veinte minutitos, quizá alguna escena de acción se nos vaya de las manos y se alargue demasiado, como marcando el territorio, como diciéndonos ¡Eh, que en España sabemos rodar acción, coño!,... el resultado global merece la pena, no obstante.

Pero El Niño no se queda ahí. Porque, como contrapunto a la acción, nos brinda un buen thriller policiaco, bien narrado, con calma, con el tempo suficiente como para ir desgranando a los personajes y mostrarnos sus motivaciones y sus deseos. Y también sus obsesiones. La base de todo está, claro, en un excelente guión que se toma el tiempo necesario para que la historia vaya fluyendo y las diferentes tramas avancen sin que todo parezca un circo hasta el final, cuando los destinos de los personajes que se encuentran a ambos lados de la ley se cruzan y descubrimos que no hay blanco ni negro, que la vida se compone de una amplia gama de grises y que todo es mucho más ambiguo de lo que podríamos pensar.

En El Niño no hay blanco ni negro: la vida se compone de una amplia gama de grises y es más ambigua de lo que podríamos pensar.

El reparto es de lo mejorcito que podemos ver en nuestro cine. Nuestro admirado Luis Tosar va de menos a más y, sin despeinarse, cumple con su papel de policía tenaz e idealista, dejándonos un par de momentos que nos recuerdan porqué es un número uno de la interpretación. Bárbara Lennie (¡cómo nos gusta esta actriz!) derrocha naturalidad y sencillez, convirtiéndose en el contrapunto sensato de Tosar. Eduard Fernández demuestra tablas y borda a un poli que, lejos del idealismo, ha caído en la monotonía de un trabajo muchas veces desagradecido y que sólo aporta sinsabores. Sergi López, el más flojo de los veteranos, parece poco convencido con su papel de superior jerárquico de los anteriores. Y en cuanto a los jóvenes, cumplen sin más, disimulando su escasez de tablas con los buenos diálogos que aporta el guión. A destaca la poderosa mirada de Jesús Castro, El Niño, que por momentos consigue disfrazar su inexpresividad.

Buenas localizaciones, una gran fotografía y una música que acompaña a la perfección a la historia (a ratos frenética, calma chicha en otros) completan los aciertos de la peli.

Sueños de prosperidad, lealtad y amor de un lado. Compromiso, sentido del deber y corrupción de otro, con la violencia como telón de fondo en ambos casos. Todo ello regado con generosas escenas de acción y un buen chorro de thriller policiaco de calidad.

Os la recomendamos.

¡Saludos culinocinéfilos!