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domingo, 26 de enero de 2014

LLAMADME ISMAEL...

Con "Ismael" queremos dar una vuelta de tuerca al blog y comenzar a prestar atención también al cine español, que quizá hayamos tenido un poco olvidado hasta el momento. Hacemos propósito de enmienda desde ya, porque no sólo de cine americano vive el cinéfilo y, por qué no decirlo, nuestro cine patrio tiene historias interesantes que contar.


El cartel de la peli.

"Ismael" cuenta la historia de un niño mulato de 8 años, Ismael Tchou, que se escapa de casa y viaja en el AVE desde Madrid rumbo a Barcelona para conocer a su padre. Su única pista es la dirección de un apartamento, escrita en el remite de una carta dirigida a su madre tiempo atrás. Cuando encuentra el edificio, en el apartamento sólo está Nora, una elegante mujer de unos 50 años, que resulta ser su abuela.

Veremos que un solitario profesor de muchachos en riesgo de exclusión social sufre por una mujer a la que un día abandonó por cobardía. Una mujer madura, que cree disfrutar de una vida plena, se encuentra con la soledad todos los días cuando llega de trabajar. El dueño de un hotel de mar en plena Costa Brava, desolado y frío, como él, es un bohemio que añora un pasado del que salió derrotado. Una madre viaja seiscientos kilómetros para recuperar a su hijo y enfrentarse a sus recuerdos. Un hombre feliz es atacado por el miedo a perder al amor de su vida. Y, como el nexo de unión de todos ellos, aunque también como un terremoto, un niño se lanza al vacío para conocer a su verdadero padre, y provocará que las vidas de todos ellos se entrelacen. En el transcurso de un solo día deberán decidir si quieren cambiar sus vidas, salir de la mediocridad emocional en la que viven y abrirse a sus sentimientos. Y, sobre todo, aprenderán que nunca es tarde para enmendar los errores del pasado.

Ismael no sólo conocerá a su verdadero padre: provocará un terremoto en las vidas de quienes le rodean.

"Ismael" nos pareció una historia sencilla, bien contada, intimista, con la duración justa para que no se haga pesada. Se deja ver, tiene un buen tratamiento del drama -sin permitir que llegue a la sensiblería en ningún momento- y se adereza con los sufientes toques de comedia como para que la historia no se estanque y permita que la trama se vaya revitalizando.

La química entre Belén Rueda y Sergi López es de lo mejor de la peli. Dos personajes opuestos, el comienzo de un romance... ¿se decidirán a poner toda la carne en el asador?

Pero, sobre todo, es una peli de actores. Los debutantes Larsson do Amaral y Ella Kweku (el niño protagonista y su madre) cumplen, aunque por momentos están irregulares, al igual que Mario Casas, que comienza muy bien, mostrando las dotes de su personaje como pedagogo, un profesor con carácter que muestra toda la empatía posible con sus alumnos, chicos con problemas de adaptación, pero luego se queda a medias cuando se trata de narrar sentimientos; un cambio de registro valiente, eso sí, que nos deja con ganas de verle en más papeles diferentes a los habituales. Muy bien Mikel Iglesias, ese muchacho con problemas que sabe ser agradecido a quien no le trata como un despojo. Y luego, el trío de ases. Sergi López, espléndido en su papel de hombre derrotado con miedo a vivir en plenitud, que aporta los mejores momentos de comedia de la peli. Una genial Belén Rueda, que interpreta a una adicta al trabajo que se autoengaña pensando que vive una vida plena, una abuela a su pesar a los 50 que debe aprender a despojarse de su coraza y a abrir su corazón tanto al nieto que le ha llegado de un día para otro como a su propio hijo, de quien no ha podido evitar alejarse. Y, sobre todo, Juan Diego Botto, actorazo, nominado merecidamente al Goya como mejor actor de reparto, en un papel tan intenso como breve, que nos atenaza el corazón cuando vemos en sus ojos el reflejo del miedo que todos tenemos a perder lo que más queremos.

Juan Diego Botto, a la izquierda (nominado al Goya como mejor actor de reparto), refleja en sus ojos el miedo que todos tenemos a perder lo que más queremos.

En definitiva, una de esas películas pequeñitas que te dejan buen sabor de boca. Os la recomendamos.

Lo peor: sin duda, las niñatas de la fila de atrás, sin piedad con nosotros, empeñadas en suspirar ("huuuuuyyyyy") con cada muestra enternecedora de cariño del pequeño o con cada una de sus salidas ingeniosas. Poooor favor....

¡Saludos culinocinéfilos!

2 comentarios:

  1. Ésta también me molaría verla. Me encanta Juan Diego Botto (aunque ya decís que tiene un papel breve). Si en cine me gusta, en teatro se sale. Muy recomendable si tenéis oportunidad, ir a ver "Un trozo invisible de este mundo". Fui a verla cuando vino a Valencia y me encantó. No lo había visto nunca en teatro y desde entonces soy más fan suya.

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    1. Juan Diego Botto es un actorazo. Su papel es breve pero, en cada imagen que sale, como suele decirse, llena la pantalla. Ana y yo comentábamos a la salida del cine que si el papel protagonista lo hubiera interpretado él, la película hubiera sido la bomba.

      Tomamos nota de "Un trozo invisible de este mundo". Al parecer, en mayo regresa a Madrid, así que estaremos atentos. Somos unos colgados por el teatro y la historia parece potente. ¡¡¡Gracias por la recomendación, Vicky!!! Nos encanta este feedback.

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